Para nos ser menos, y visto que su presidente y líder de su partido no tiene reparos en cobrar dichas dietas, tampoco han renunciado a cobrar dichas dietas, a pesar de poseer piso en la capital, la vicepresidenta del Gobierno de España, Soraya Sáenz de Santamaría, el ministro de Justicia del Gobierno de España, Alberto Ruiz-Gallardón y el ministro de Hacienda y Administraciones públicas del Gobierno de España, Cristóbal Montoro, así como otros diez miembros del Gobierno y otros tantos diputados del congreso pertenecientes a otras formaciones políticas.
A pesar de estar públicamente aceptadas las conductas inmorales en nuestro país cuando aquellas no incurren en la legalidad, merece la pena comentar que aún nos queda alguna excepción en este lamentable nuevo episodio de falta de principios, el diputado de UPyD Toni Cantó renunció a ese privilegio porque, pese a que concurrió a las elecciones en Valencia, vive en Madrid. "Tengo casa aquí; sería un timo que cobrara las dietas que me corresponden por pernoctar en Madrid en un hotel", dijo entonces.
Al igual que Cantó, 62 diputados de otras provincias tienen casa en la capital, pero ninguno ha seguido el ejemplo de aquél. UPyD ha pedido al presidente del Congreso, Jesús Posada, que suprima esas dietas, pero tanto el PP como el PSOE han tachado la propuesta de "populista" y "demagógica".
Reflexión
Sean o no medidas populistas ó demagógicas eliminar estas dietas, lo que es si es cierto es que seguir cobrándolas no hace más que alimentar el sentimiento de desesperación y de estafa de todos aquellos que pagan religiosamente sus impuestos y más aún de aquellos que viven en una situación de penuria económica debido a la crisis y el paro.
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